Recibir un diagnóstico de TDAH en la adultez puede sentirse como un bofetón… o como un gran alivio. A veces, ambas cosas a la vez. Porque de repente todo empieza a tener sentido: los olvidos, el caos, la dificultad para concentrarte, para empezar cosas (y acabarlas), la montaña rusa emocional… No es que estuvieras “fallando”. Es que estabas navegando la vida con un mapa que no era el tuyo.
¿Por qué hay tan poca gente diagnosticada?
A día de hoy, los diagnósticos de TDAH en adultos no suelen hacerse en la sanidad pública (al menos no fácilmente), así que la mayoría de personas que lo descubren han tenido que acudir a especialistas privados. Eso hace que muchas otras sigan sin saber qué les pasa. Simplemente creen que son “raros”, “vagos”, “demasiado intensos” o “desorganizados”.
Pero no es pereza. No es falta de interés. Es una forma distinta de funcionar.
El diagnóstico no lo es todo: ¿y ahora qué?
Saber que tienes TDAH es solo el principio. La verdadera transformación viene después: cuando empiezas a conocerte, a entender tus patrones, a dejar de exigirte lo imposible y, sobre todo, a construir sistemas que sí funcionen contigo.
Porque no se trata de convertirte en alguien “normal”. Se trata de vivir tu vida a tu manera, con las herramientas que tú necesitas.
El precio del desconocimiento
Muchas personas llegan al diagnóstico después de años lidiando con ansiedad, depresión o incluso trauma. No es raro: cuando pasas media vida sintiéndote fuera de lugar, sin entender por qué te cuesta tanto lo que a otros les parece fácil, eso deja huella. A veces incluso se intenta sostener la vida con cafés, azúcar, alcohol, pastillas… lo que sea que ayude a mantenerse a flote.
Por eso, conocer el TDAH puede ser tan liberador: porque ya no se trata solo de “arreglar lo que está mal”, sino de comprender y cuidar lo que siempre ha estado ahí, esperando ser visto.
¿Y ahora qué?
Ahora toca escucharte. Crear espacios que te sostengan. Dejar de pelearte con tu forma de funcionar y empezar a crear una vida que tenga sentido para ti. Hay muchas formas de hacerlo, y no estás sola o solo en esto.